¿Qué es la afasia?
La afasia es una alteración del lenguaje debida a una lesión cerebral adquirida, generalmente en el hemisferio izquierdo. La causa de la afasia puede ser un ictus, un tumor, una infección o un traumatismo craneoencefálico. Las personas con afasia pueden tener dificultades, tanto en la expresión, como en la comprensión del lenguaje, así como en la lectura y la escritura. Se trata de una alteración primordialmente del lenguaje; no debe sorprender que una persona con afasia grave sea capaz de reconocer a sus amigos y recordar hechos de su vida, así como comprender y recordar aquello que ve, aunque tenga dificultad en comprender con precisión aquello que se le dice. La afasia global, que generalmente se asocia a hemiplejia, es la forma más grave. Las personas afectadas, no pueden expresarse más allá de algunos automatismos (como hola, adiós) o presentan estereotipias (la misma palabra o sílaba como única producción verbal). Tampoco pueden escribir ni, en la mayoría de los casos, comunicarse mediante gestos, porque sufren al mismo tiempo apraxia, que es la pérdida del uso de gestos significativos. Por otra parte, tienen problemas de comprensión: no entienden bien el lenguaje, aunque sí entienden la información visual, como el reloj o el calendario. No obstante, tienen preservadas ciertas capacidades comunicativas, como la expresión facial y la prosodia (la entonación del lenguaje, que usan en sus vocalizaciones o estereotipias), así como cierto grado de comprensión en contextos cotidianos, y habilidades pragmáticas, como la cortesía y las normas de interacción social.
Rehabilitar la afasia
La intervención logopédica se encuadra en una rehabilitación global que incluye aspectos médicos, neuropsicológicos y sociales. Empieza con una evaluación para establecer el diagnóstico y determinar qué componentes del lenguaje están afectados y cuáles están preservados. A continuación, se inicia la rehabilitación, con dos objetivos paralelamente: proporcionar medios para comunicarse más eficazmente y conseguir la máxima recuperación posible de las capacidades lingüísticas. Al mismo tiempo se establece una relación que ha de ayudar al paciente y a su familia a animarse, a encontrar nuevos objetivos y a adaptarse a su nueva situación.